VIH/SIDA: Reducir la vulnerabilidad de las mujeres

Maputo, Mozambique, 8 de septiembre de 2001

Declaración

El vih-sida es una epidemias mundial que amenaza la seguridad social y económica, la productividad y el desarrollo. Hacia finales del año dos mil, había en el mundo 36,1 millones de hombres, mujeres y niños afectados de vih-sida y 21,8 millones que habían muerto a causa de esta enfermedad.

En todas partes, el impacto del vih-sida en mujeres y niños constituye una gran preocupación, pero mucho más en el mundo subdesarrollado. Es un problema devastador, especialmente en el África subsahárica.

Las mujeres infectadas tienen menos acceso a la terapia y menor esperanza de vida que el hombre, y en ellas el diagnóstico es más tardío que en el varón. La violencia contra la mujer es el mayor causante de la propagación del vih-sida. Por consiguiente, en el contexto de la lucha contra el vih-sida, es necesario abordar la violencia basada en las diferencias del género. Mientras la mujer no tenga acceso al control de su sexualidad, no se alcanzarán progresos en el combate contra el vih-sida. Las mujeres deberían no sólo saber sino también sentir que la sociedad las apoya cuando ellas se niegan a la relación sexual indeseada y sin protección.

La vulnerabilidad de las mujeres africanas ante el sida va fuertemente ligada al hecho de que ellas se ven subordinadas a valores tradicionales y culturales que las relegan al fondo de la pirámide socioeconómica.

Todavía son objeto de discriminación quienes sufren de vih-sida. La lucha contra el estigma es un imperativo de los derechos humanos, como asimismo, un valor instrumental para combatir la denegación y la vergüenza.

Por consiguiente, la Internacional Socialista de Mujeres llama a los gobiernos a:

  • hacer conciencia pública sobre el vih-sida y a difundir la información al respecto;
  • ofrecer con rapidez programas eficaces de prevención que vayan dirigidos a las mujeres, especialmente a aquellas que viven en áreas rurales;
  • garantizar a la mujer infectada de vih-sida acceso igualitario a la medicina y la atención médica, y dar atención preferente al tratamiento de las mujeres embarazadas y los recién nacidos de madres con vih positivo;
  • difundir los procedimientos guía (distribución gratuita de preservativos, educación pública, reducción cuantitativa del concúbito) y las intervenciones exitosas, traducidas al lenguaje local, a fin de facilitar su puesta en práctica;
  • rebajar – mediante el diálogo constante con las compañías farmacéuticas- el precio de los medicamentos para la terapia antiretroviral;
  • estimular la investigación y el desarrollo internacionales, y
  • alimentar un fondo para tales efectos y para la elaboración de vacunas contra el vih-sida.

Finalmente, la Internacional Socialista de Mujeres se compromete de manera total a trabajar con gobiernos, ONGs y las Naciones Unidas, en prenda de su reconocimiento de que sólo un programa de envergadura mundial puede ser realmente eficaz para combatir la pandemia del vih-sida.