Mujeres promoviendo valores universales en un mundo de diferentes realidades culturales

Atenas, Grecia, 27 y 28 de enero de 2006

Resolución

Desde hace casi cien años la Internacional Socialista de Mujeres luchan por la igualdad y la justicia social para garantizar que los valores fundamentales y universales de la libertad, la democracia, la paz y los derechos humanos se apliquen igualmente a las mujeres.

El camino ha sido largo, duro y doloroso. Aunque mucho se ha logrado, mucho más queda por hacer. En general, la Internacional Socialista de Mujeres ha realizado una contribución considerable – desde su fundación hace casi un siglo – a la lucha por asegurar los derechos de la mujer por medio de la aplicación y el desarrollo de los principios de derechos humanos universales.

El mundo de hoy en día se enfrenta a nuevos retos y la comunidad internacional tiene la responsabilidad y la obligación de asegurar que esos retos sean superados sobre la base de una visión progresista global para lograr la democracia basada en la justicia, la solidaridad, la igualdad y la cooperación.

Estos retos exigen un enfoque nuevo más responsable y eficaz en el que la mujer tiene derecho a, y debe participar plenamente y desempeñar un papel activo y dinámico.

Las diferencias y conflictos existentes en diversas partes del mundo, a menudo representan una amenaza para la libertad, democracia, seguridad, desarrollo y prosperidad de todos nosotros.

La Internacional Socialista de Mujeres cree en la adopción de un enfoque más eficaz y en reforzar los valores universales a la vez que se promueve el entendimiento entre las diversas identidades culturales y realidades en el mundo. Ese entendimiento, sin embargo, no debe nunca menoscabar o hacer caso omiso de los derechos de la mujer, que deben ser respetados y salvaguardados.

En consecuencia la Internacional Socialista de Mujeres:

  • insta a todos los protagonistas – instituciones, partidos, sociedad civil – a concertar medidas para que todas las mujeres puedan ejercitar sus derechos humanos;
  • reconoce que diferentes culturas y costumbres constituyen una riqueza para el mundo, pero recalca que no pueden ser invocadas para justificar prácticas dañinas ni para negar los derechos humanos;
  • reafirma su compromiso de conseguir paz, estabilidad y prosperidad en todas las regiones del mundo en el que la mujer y las redes de mujeres puedan desempeñar una función en la promoción de un mejor entendimiento entre culturas y pueblos;
  • pretende reforzar la democracia, el imperio de la ley y el respeto a los derechos de la mujer y a los derechos humanos incluida la libertad de palabra y opinión, y lograr una resolución justa a los conflictos regionales sobre la base de las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y en particular de la resolución 1325 sobre «La Mujer, la Paz y la Seguridad»;
  • reitera que una mayoría desproporcionada de los pobres del mundo son mujeres, y por tanto la lucha por la igualdad de géneros es fundamental para el objetivo de Naciones Unidas de reducir la pobreza antes de 2015;
  • hace un llamamiento a los gobiernos a mantener los Objetivos de Desarrollo del Milenio de Naciones Unidas como punto central en su política internacional de desarrollo haciendo de la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer una prioridad;
  • reitera que la clave para el desarrollo económico y social sostenible y equilibrado tiene que llevarse a cabo sobre la base de valores fundamentales: la lucha contra la pobreza y el incremento de la democracia con la participación igualitaria de la mujer en todos los niveles y
  • demanda que se tomen medidas para asegurar la participación equilibrada de la mujer y el hombre en la toma de decisiones, tanto en política como en economía, puesto que es fundamental para el desarrollo de una democracia real.